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Electrónica y TEA

"Poder transmitir que el proyecto educativo puede ayudar otras personas, le aporta valor y promueve una mayor implicación"

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Electrónica y TEA

25 febrero 2020

Salesianos Pamplona obtuvo el segundo premio en la VII edición de Ética y Ciencia por el proyecto "Electrónica y TEA", en el que participaron 24 estudiantes de primer curso del grado superior de Automatización y Robótica Industrial. El objetivo del proyecto era el desarrollo de dispositivos electrónicos que contribuyeran a disminuir las barreras a las que se enfrentan los niños y niñas con Trastorno del Espectro del Autismo y ayudarles a una mejor interacción con su entorno. Los profesores del centro, Rebeca Goya y Miguel Ángel Moscoso, que dirigieron el proyecto, nos cuentan la experiencia.

¿De dónde surge la idea de poner en marcha el proyecto?

De la apuesta del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra por implementar metodologías activas en formación profesional. En nuestro caso, nos acogimos a la iniciativa convencidos de que valía la pena que nuestros estudiantes asumieran nuevos retos. Podemos seguir dando clases bajo fórmulas más tradicionales y examinar de manera convencional,  pero trabajando en un proyecto real estábamos convencidos que incrementaríamos el grado de motivación de nuestros estudiantes para aprender electrónica. Además, pensábamos que si éramos capaces de transmitir que este trabajo podía servir para ayudar a otras personas, aportábamos valor al proyecto y promovíamos una mayor implicación.

¿Qué aporta a los estudiantes este tipo de proyectos?

Nuestro objetivo como docentes va más allá de impartir conocimientos técnicos. Aspiramos a formar a ciudadanos que sean capaces de adquirir competencias, que en un futuro muy próximo, deberán empezar a aplicar en el mundo profesional, en beneficio de la sociedad. Por todo ello, este tipo de proyectos resultan muy interesantes ya que nos ayudan a potenciar la responsabilidad, el trabajo en equipo, la autonomía y el compromiso. Trabajar de esta manera, además, les  facilita y les prepara  para enfrentarse a su proyecto de fin de ciclo,  ya que pueden aplicar la experiencia que ya han adquirido.

Y más allá de habilidades y competencias… ¿a nivel emocional?

Este proyecto se ha desarrollado en varias etapas, en el que ha habido momentos  de desánimo o frustración. Son fases en que las cosas no acaban de salir como los estudiantes esperan.  Sin embargo, nos gustaría destacar situaciones en que nuestros alumnos pudieron comprobar de primera mano la magnitud del trabajo que estaban desarrollando y recibir a cambio una gran recompensa emocional.  Precisamente, en una de esas fases de "bajón" vinieron a la escuela cuidadores del centro para el que se desarrollaba el proyecto, que ayudaron y alentaron a nuestros estudiantes a seguir trabajando para cumplir los objetivos que se habían propuesto. Hubo otro momento especialmente significativo. Tuvimos la ocasión de asistir a la fiesta de Navidad de la asociación, y nuestros estudiantes estuvieron en las clases con los educadores y los niños con TEA. Allí pudieron ver la auténtica realidad y se dieron cuenta del beneficio que podía aportar lo que estaban desarrollando.

¿Qué sucedió cuando se entregaron los dispositivos?

Este fue otro momento realmente emotivo. Pudimos observar como los niños interactuaban  con los dispositivos y como los utilizaban los educadores, así como la respuesta de las familias, que estaban súper agradecidas y les animaron a seguir desarrollando este tipo de trabajos. Fueron totalmente conscientes que su dedicación había resultado de gran utilidad y que se valoraba mucho su esfuerzo.

¿Tenéis programados nuevos proyectos de estas características?

Después de la experiencia, nos resulta imposible renunciar a promover este tipo de proyectos. El hecho de haber obtenido el premio de la convocatoria Ética y Ciencia nos ayudará a financiar nuevos trabajos. Este año, tomando como base uno de los dispositivos desarrollados en el proyecto anterior, vamos a diseñar 25 dispositivos "Get the Bubble", lo que denominamos coloquialmente como un pompero interactivo. Es un dispositivo cuya finalidad es ayudar a establecer relaciones causa-efecto como recompensa al trabajo bien hecho. Su uso está ideado para niños y niñas de Educación infantil y para el alumnado con necesidades educativas especiales. Como parte del proyecto, en esta ocasión, queremos que sean los propios estudiantes quienes escojan el centro al cual quieren donar su trabajo, lo cual requiere de una mayor implicación social por su parte.

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Si quieres conocer otros proyectos ganadores, consulta los premios ética y ciencia.

En nuestro blog también encontrarás un artículo sobre el proyecto "La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna". 

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