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La rebelión del paciente

Víctor Montori: "Hay que iniciar una revolución pacífica y que los pacientes tomen conciencia de que el cuidado de las personas es el centro de la actividad clínica"

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La rebelión del paciente

23 julio 2020

El pasado 15 de julio organizamos un nuevo webinar en el que contamos con la participación del doctor Víctor Montori.  El especialista peruano, estudió medicina en Lima, su ciudad natal, y completó su formación en la Clínica Mayo y en la Universidad McMaster de Canadá. Es autor de más de 600 artículos de investigación, miembro del Consejo Editorial del British Medical Journal (BMJ), catedrático de Medicina, pero por encima de todo, un médico que accedió a la profesión motivado por el compromiso deontológico de cuidar a las personas.

La sesión estuvo centrada su particular visión de la medicina, que le ha llevado a la publicación del libro: "La rebelión de los pacientes", que ha sido editado recientemente en castellano por la editorial Antoni Bosch. Montori denuncia que actualmente la medicina está excesivamente industrializada, lo que conlleva que se prioricen intereses alejados de la auténtica misión de la atención clínica, que no es otra que cuidar al paciente.

Los gestores de los centros sanitarios marcan sus objetivos, que deben cumplirse para satisfacer una serie de exigencias completamente alejadas de lo que es la esencia del cuidado. En el sistema actual cuando se habla de la atención del médico al paciente se le considera como un proveedor de salud, como si la salud fuera un producto al servicio del sistema. El paciente, por su parte, es considerado como un empleado del sistema.

La medicina industrializada tiene uno de sus máximos exponentes en el contacto directo clínico-paciente. En las visitas la agenda está plagada de burocracia y están marcadas por un tiempo establecido. El paciente es visto con una imagen borrosa, de manera rápida y a menudo como una simple estadística. No se puede entender su situación en "alta definición", y el médico anda perdido sin conectarse emocionalmente durante el encuentro clínico.

Pacientes

Por su parte, a los pacientes se les ofrece información, se les recomiendan pruebas y se les prescriben fármacos… Se realizan muchas intervenciones, en teoría como muestra de la eficiencia del sistema,  pero en ocasiones, el paciente sigue sufriendo, ya que no conecta con el clínico, y tiene la sensación que no entiende sus auténticas necesidades, que van más allá de las intervenciones clínicas. Asimismo, al paciente el sistema le obliga a una considerable carga de trabajo, que debe compatibilizar con su enfermedad, ya que ha de conocer las instrucciones y efectos sobre los tratamientos y fármacos que le son prescritos o realizar múltiples trámites burocráticos…

También se le exige que aprenda de su enfermedad, que pueda responder preguntas y que sea responsable, que se auto controle y cumpla con las instrucciones del clínico. El resultado es que, en ocasiones, el paciente no puede a cumplir con lo que el médico le solicita, y se le etiqueta como una persona irresponsable que no está comprometida con su salud. Sin embargo, cuando se conoce a los pacientes, podemos  interpretar su realidad, como puede ser el caso de una madre soltera con hijos y ancianos a su cargo y que de ella depende la única fuente de ingresos en su hogar. Esta persona debe compatibilizar su enfermedad con otras cargas y sin conocerla en profundidad, es imposible que la medicina pueda comprender su realidad y adaptarse a sus necesidades.

Para romper con estas prácticas, que según Montori aleja a los clínicos del compromiso deontológico de su profesión, propone como alternativa una medicina más pertinente y gentil. Pertinente para cada paciente y gentil con las restricciones que tiene cada uno de ellos para dedicarse a su salud. Llegar a este estadio requiere de una conversación sin prisa, profunda y densa, y en la que se produzca una auténtica conexión. Un tipo de trato en el que la eficiencia no es lo importante. Esto permite ver al paciente en "alta definición" y no únicamente como ente biológico.  De esta manera,  el paciente recibe un trato que tiene sentido intelectual, práctico y emocional, ya que se corresponde a su situación. "Se trata de percibir lo que ocurre y dotar de manera sensata al  paciente de lo que requiere", afirma Montori.

Es importante eliminar la codicia institucional e industrial de la salud. Es una actividad humana basada en la solidaridad, que no puede ser percibida como un negocio. Hay que desburocratizar la salud y enfatizar en la integridad, dos aspectos que se pierden si el sistema se industrializa. La medicina debe ser capaz de ofrecer respuestas sensibles para cada paciente y desarrollar vínculos emocionales con ellos, no de realizar una simple transacción. Hay que fomentar una apertura del corazón del paciente hacia el profesional y viceversa, ya que en este marco de relación, el médico es más eficaz.

El movimiento "la rebelión del paciente" se compromete con su cuidado y elimina distracciones superfluas como el  ordenador, para centrarse en crear vínculos para que la terapia funcione. Es importante iniciar esta revolución pacífica y que los pacientes tomen conciencia de que el cuidado de las personas es el centro de la actividad clínica. Asimismo, si el paciente promueve un cambio de paradigma, los médicos se podrán de su lado, ya que también son víctimas del sistema.

Se ha de poner el cuidado en el centro de la actividad asistencial y, para ello es fundamental potenciar el papel de las comunidades y alejarse del excesivo individualismo de la sociedad. No todos los sufrimientos requieren respuesta médica, no se puede perder de vista que cuidar es humano. Debe iniciarse un proceso que permita alejarse de la sanidad industrializada, una revolución que no será rápida y que, posiblemente, requerirá que distintas generaciones vayan obteniendo logros. 

Por último, Montori también hizo referencia a la importancia que debe jugar la educación. En las facultades se forma a profesionales muy bien preparados técnicamente en sus diversas especialidades y se les transmite las grandes posibilidades que ofrece la tecnología que la medicina pone a su disposición. Pero no se enseñan habilidades para el trato con el paciente. Se están formando médicos cuya vocación es desarrollar carreras exitosas, pero no a personas que tengan el cuidado de los pacientes como la prioridad absoluta de su actividad.

Consulta el vídeo del webinar

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