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"Los valores que deben regir la economía son los que permiten el florecimiento de las relaciones humanas"

Christian Felber, ponente invitado por la Fundació Víctor Grífols i Lucas los días 24 y 25 de noviembre en Barcelona, nos habla de la Economía del Bien Común

¿En qué consiste la Economía del Bien Común (EBC)?
Es un modelo económico alternativo tanto al capitalismo como al comunismo. Promueve una economía de mercado ética basándose, por un lado, en la libertad económica y, por otro, en los valores fundamentales que están en las constituciones: dignidad, solidaridad, justicia, sostenibilidad y democracia.

¿Qué papel juega la empresa en este modelo?
El éxito de la empresa individual se vincula de forma fiable a la aportación al bien común. Cuánto más ético sea el comportamiento y la organización de las empresas, más éxito tendrán gracias a incentivos legales diversos. Así, los productos éticos se convierten en más económicos que los no sostenibles y las empresas responsables salen beneficiadas. Cuanto más humana sea una organización, más éxito tendrá. Por el contrario, las compañías que calificamos como "pasotas éticas" o se transforman en éticas o desaparecerán.

¿Qué valores predominan en el sistema económico que plantea?
Los valores que deben regir la economía son, por una parte, los que permiten el florecimiento de las relaciones humanas: honestidad, respeto, empatía, confianza, cooperación y compartir y, por otro lado, los valores contenidos en las constituciones de los países democráticos que comentaba anteriormente.

Actualmente, ¿qué valores predominan?
En el modelo económico actual, se da una contraposición a estos valores prevaleciendo los valores negativos como egoísmo, desconsideración, avidez, avaricia, irresponsabilidad… Es más, el sistema actual ha confundido el medio con el fin.

¿A qué se refiere?
La economía en su origen trataba de encontrar los mejores caminos para satisfacer las necesidades humanas pero, con el tiempo, este objetivo principal ha quedado desplazado por lo que no son sino medios para alcanzarlo, como el beneficio monetario y el crecimiento del PIB. La Economía del Bien Común propone resolver esta contradicción cambiando las dos principales reglas legales que guían el comportamiento de los actores económicos – afán de lucro y competencia – por la contribución al bien común y la cooperación.

¿Qué beneficios aportan?
La cooperación significa que la meta es compartida, mientras que la competencia supone que el éxito de uno excluye al del otro. A diferencia de lo que nos han contado, la cooperación nos motiva más ya que permite que nuestras relaciones florezcan. Con la competencia, el valor más fuerte es el miedo a perder o incluso a desaparecer.

Pero, la competencia siempre se ha considerado un estímulo para la prosperidad de las empresas…
Hoy ya sabemos que la competencia nos motiva menos y provoca más insuficiencias, no es lo más humano ni tampoco lo más eficaz. Por tanto, vale la pena ensayar otro sistema con reglas legales que estén en congruencia con nuestros valores fundamentales y que beneficien las virtudes humanas y no sus deficiencias.

¿Qué pasos básicos puede llevar a cabo una persona para contribuir al desarrollo de la EBC?
Para empezar, pensar libre e independientemente. Formar su propia opinión y visión del mundo. Si llega a la conclusión de que la economía debe servir al bien común, pueden comprometerse y contribuir,  empezando por su entorno cercano, en sus círculos primarios, en su día a día, en su trabajo…

¿Por ejemplo?
Preguntando a las empresas a las que compra productos y servicios si conocen la EBC y  si hacen el balance del bien común. Organizándose y participando en los campos de energía locales de la EBC o en otros movimientos sociales para crear una alianza ciudadana, donde se rescriban las reglas del juego de la democracia. Las herramientas que ofrecemos son concretas y diversas al mismo tiempo: balance del bien común, campo de energía local, municipio del bien común, adhesión a la asociación nacional o fundar una regional…

¿Eres optimista en cuanto a la implementación de este modelo alternativo? 
Sí, por la respuesta y acción de la gente. El eco es internacional y muy fuerte. En cuatro años, se han adherido más de 1.700 empresas privadas y varias docenas de municipios. Unas 2000 personas en infinidad de lugares, están contribuyendo activamente a la creación del proceso. En muchas universidades – desde Buenos Aires y Santiago de Chile hasta la Helsinki Business School -, se está integrando la EBC en la enseñanza, investigación, implementación y difusión.

Y, ¿en nuestro país?
La Universidad de Barcelona va a presentar una Cátedra UNESCO en París. Las semillas de la EBC aterrizan en todas partes. Al tratar los más altos valores, toca a los corazones de las personas. Por este motivo, la EBC tiene el potencial de ser el próximo modelo económico dentro de una democracia renacida y, muy posiblemente, en combinación con otros enfoques similares.

 

 

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