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The new high school curriculum, an opportunity for bioethics?
19 July 2022
(Text only in Spanish)
Carlos Giménez, biólogo y profesor de secundaria del Col·legi Sant Gabriel de Viladecans, ve el nuevo currículo de bachillerato como una oportunidad para trabajar la bioética en el aula. En este post da algunas propuestas e ideas clave.
El marco curricular de la LOMLOE
A las puertas de la aplicación de una nueva reforma educativa (y ya van unas cuantas), la LOMLOE, resulta muy sencillo –y seguramente justificado en algunos aspectos– poner el foco en toda la serie de aspectos criticables de esta nueva propuesta, especialmente en lo que se refiere al escaso margen de tiempo que tenemos los y las docentes para preparar el nuevo curso y a la prácticamente inexistencia –una vez más– de un debate abierto de los colectivos implicados en la fase de desarrollo de la presente ley.
A pesar de esta legítima crítica, es necesario también prestar atención a las posibilidades que nos ofrece este nuevo currículo de incidir en algunas cuestiones largamente solicitadas desde la profesión docente:
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En relación al nuevo bachillerato, la aparición de hasta trece horas (es decir más de un veintiuno por ciento del total de horas lectivas de los dos cursos) dedicadas a materias optativas no evaluables a las pruebas de selectividad debe ser visto, sin duda, como una mejora educativa, que nos permita superar la idea habitual (y seguramente acertada) de que el bachillerato sólo servía para preparar la prueba de selectividad.
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El cambio del foco del proceso de evaluación de forma decidida hacia una visión competencial nos debe hacer pensar en que hay que facilitar a nuestro alumnado las herramientas y estrategias necesarias para enfrentarse a nuevos retos, más allá de asegurar la "simple" adquisición de contenidos.
Motivación
Si hay algún elemento necesario (aunque no suficiente) para conseguir un aprendizaje eficaz de nuestro alumnado, podemos estar fácilmente de acuerdo en que este es su motivación.
Partiendo de la base de que los y las estudiantes de bachillerato, en general, y los y las de la modalidad de ciencias, en particular en lo relativo al ámbito de la salud, presentan inicialmente un determinado grado de motivación, la clave para conseguir no sólo que no la pierdan por el camino, sino que, en la medida de lo posible, la incrementen, se encuentra sin duda en el tipo de propuesta de aprendizaje que les presentamos.
En este sentido y, de acuerdo con las ideas de D. Pink, es necesario que el diseño de nuestras materias y, muy especialmente, de las actividades que presentamos a nuestro alumnado contengan los tres elementos clave de la motivación:
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Autonomía (los y las alumnas deben tomar decisiones, escoger entre diferentes alternativas, etc)
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Maestría (los y las alumnas deben trabajar con datos de primer nivel para garantizar que la calidad de sus producciones es perceptible)
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Propósito (es necesario que sean conscientes de estar planteando alternativas a cuestiones aún abiertas y que tienen un profundo componente de debate social)
Aquí es donde puede entrar/debería entrar la bioética
Consideramos honestamente que el hecho de introducir de forma decidida el debate bioético en los temas tratados en algunas de estas materias optativas de nueva creación (en el caso de Cataluña tenemos las materias de Biomedicina y de Retos actuales de Biología y Geología) representa una oportunidad magnífica para formar ciudadanos y ciudadanas más conscientes de la necesidad personal y social de co nacer y tomar posición respecto de los profundos retos que plantea ya ahora –y aún lo hará más en un futuro muy próximo– el avance de las ciencias biomédicas y nuestra complicada relación con el entorno natural.
¿Y eso cómo lo hacemos?
Hay que presentar a nuestro alumnado una batería de hechos pasados en los que algunas administraciones y empresas no respetaron algunos principios bioéticos, como por ejemplo la Real Expedición de la Vacuna, el Experimento Tuskegee, la Escuela de Willowbrook, el Ensayo clínico del Trovan, las Transfusiones con VIH en Francia o las Esterilitzaciones forzadas en Suecia entre otros.
En todos estos casos se puede encontrar abundante documentación y pueden servir para demostrar dos cosas; en primer lugar su singularidad (para alejar teorías conspiranóicas de mala praxis generalizada) y en segundo lugar como ellos y ellas pueden analizar de forma rigurosa cuáles fueron en cada caso las anomalías bioéticas a partir de documentación de referencia como la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos (UNESCO, 2005).
Hay que hablar de ello, a continuación de debates originados por situaciones presentes (y sobre todo futuras) que obligarán a tomar conciencia personal y social, como la Medicina Regenerativa, la Biología Sintética, las Terapias Antienvejecimiento, la Clonación, la Medicina personalizada, los Niños a la carta, la Manipulación Genética, los Cyborgs, la privacidad de la Información Genética, entre otros.
Debatir, sí, mucho . . . pero de forma estructurada
Llegados a este punto, hay que entender que plantear estas cuestiones abiertas debe suponer necesariamente una dinámica de aula donde los debates tengan un gran protagonismo.
No podemos plantearnos seriamente estas dinámicas sin introducir herramientas que ayuden a que estos debates sean productivos y que garanticen –hasta donde sea posible– que los argumentos utilizados están basados en evidencias.
Dos herramientas muy útiles en este sentido para una buena gestión de aula de los momentos de debate pueden ser KIALO y PlayDecide. Es necesario que cada docente explore sus posibilidades y se plantee si tienen sentido en su aula.
Para saber más...…
Vídeo del webinar: El nuevo currículum de bachillerato, una oportunidad para trabajar la bioética.