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Bioética, sólo en el norte

Hemos hecho un tipo de bioética centrada en los conflictos éticos que afectan básicamente al mundo occidental

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Bioética, sólo en el norte

07 octubre 2019

Después de más de cuatro décadas del nacimiento de la bioética en Estados Unidos es necesario tomar conciencia de que en el transcurso de estos años hemos hecho un tipo de bioética centrada en los conflictos éticos que afectan básicamente al mundo occidental, el mundo rico, y se ha dejado de lado tanto la mirada global en la resolución de conflictos como la introducción de la bioética en los países con índice de desarrollo humano medio o bajo. La reflexión que se ha hecho desde Occidente en relación a las cuestiones éticas originadas por el desarrollo y la aplicación de las ciencias de la vida y las ciencias de la salud no ha contribuido a generar respuestas suficientemente sensibles con los países del sur. Se ha hecho una bioética desde un contexto sólo para este contexto y sin tener en cuenta como nuestro entorno puede perjudicar otros entornos. Las decisiones bioéticas tienen una dimensión global.

La investigación con seres humanos, por ejemplo, beneficia a los países ricos, pero quien asume las cargas de la experimentación con demasiada frecuencia son personas de países empobrecidos que luego no se benefician de estos avances. O bien, vemos como en los países más ricos el SIDA se ha convertido en una enfermedad crónica gracias al uso generalizado de los antirretrovirales y en África sigue matando por falta de acceso al tratamiento.

Mientras Occidente se preocupa por transhumanismo y toda técnica que pueda retrasar el envejecimiento, y las multinacionales invierten cantidades ingentes de dinero para satisfacer el deseo de inmortalidad, otros mueren por falta de alimentos, por falta agua potable o por la inaccesibilidad a un sistema sanitario de calidad. En Sierra Leone la esperanza de vida es de 52 años, 53 en Nigeria, 58 en Camerún o 68 en el Congo. Los datos contrastan con España que tiene una de las tasas más altas del mundo en relación a la esperanza de vida. En este mismo sentido Camerún tiene sólo 0,09 médicos por cada 1.000 habitantes, Senegal 0,07 y Burkina Faso 0,06. Y muchos de los médicos formados en África trabajan fuera de sus países como inmigrantes haciendo trabajos que no requieren ningún tipo de cualificación profesional.

Otro ejemplo. Aquí debatimos sobre el acceso de las técnicas de reproducción humana asistida a edades avanzadas, o sobre la autorización de la maternidad subrogada, en Camerún tienen un tasa de mortalidad materna de 596 mujeres por cada 100.000 nacidos vivos, en Gambia de 706 mujeres. En España, Noruega o Japón la tasa no supera las 5 mujeres.

La lista de desigualdades es muy acentuada y las decisiones bioéticas que se toman desde Occidente no son neutras para los países en vías de desarrollo. La bioética, la de los países del norte, deberá aprender a reflexionar y decidir desde una mirada más amplia, que incluya esta perspectiva global, porque la vida también sea mejor en los países del sur.

Ester Busquets, coordinadora de la Cátedra de Bioética Fundació Grífols UVIC

 

Si te interesa el tema, no te pierdas la conferencia "La cooperación en Camerún: su sistema sanitario"  a cargo  de Jacques Badjom, de la Escuela Universitaria de Enfermería de Ayas. Acto organizado por la Cátedra de Bioética UVIC

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