Las terapias celulares avanzadas, basadas en la manipulación de tejidos para desarrollar medicamentos innovadores, representan un gran avance para el tratamiento personalizado de enfermedades hasta ahora incurables. A pesar de su potencial transformador, su complejidad y el ritmo lento de autorización de los medicamentos han generado frustración entre pacientes y familias, que a menudo recurren a alternativas fraudulentas como el turismo médico o las "clínicas de células madre" no reguladas. Esta situación dificulta establecer una clara frontera entre innovación y mala praxis, comprometiendo la seguridad de los pacientes y erosionando la confianza en la investigación biomédica.

El proyecto FLUENTCELLS quiere identificar las concepciones erróneas más habituales sobre estas terapias entre pacientes, profesionales y público general, documentar casos de prácticas no éticas y analizar las carencias regulatorias y comunicativas que favorecen la desinformación. A partir de este diagnóstico, se propone desarrollar un marco de comunicación basado en principios bioéticos que sirva para orientar la educación pública, las políticas de salud y la relación clínico-paciente, contribuyendo a decisiones informadas y seguras.